LA CRISPACIÓN

A cuenta de las berreas en el congreso y aledaños, con las astas a pleno rendimiento, haciendo lo que mejor saben hacer nuestros políticos: pelearse, escuché en la radio a uno de ellos (no recuerdo su nombre, ni me molesto en mirar quién fue, si queréis buscadlo en internet) decir que la última subida de tono era debida a la crispación que se había contagiado de la población a la política…

Ala.

Y se quedó tan a gusto…

QUÉ JETA

O sea, llevamos soportando el “y tú más” de los políticos casi que desde que tengo uso de razón, los dardos envenenados de un lado y otro, las descalificaciones, los insultos, el fuego cruzado, mentiras, promesas incumplidas, bajadas de pantalones, etc. sin que les importe lo más mínimo lo que ocurra con los mortales a los que gobiernan, a menos que quieran un voto. Y ahora resulta que la crispación, tras dos meses y pico confinados, sin bares, sin poder ver a tus seres queridos, sin poder hacer deporte más que entre las cuatro paredes de tu casa, sin ocio, encerrado en casa teletrabajando mientras lidias con tus hijos, sin una sola válvula de escape, es…

¡¡¡¡CULPA NUESTRA!!!!

¿Se puede tener más cara? ¡Es alucinante!

Queridos políticos: no estoy crispada, estoy INDIGNADA. Indignada de que después de dos meses y pico de pandemia se rectifiquen varias veces las cifras y se dejen de dar las de recuperados, de que muchas CCAA sigan el ejemplo del gobierno central y no sean capaces de realizar test, de contabilizar, de hacer seguimientos, de cruzar y contrastar datos, de cumplir, en definitiva, con lo que es SU TRABAJO.

También me indigna que no haya personas cualificadas que redacten un BOE en condiciones, y que no sean capaces de valorar lo que significa cada norma y cuál es su repercusión, no sólo a nivel estadístico, sino humano (traducción: dejad de tratadnos como a números, somos PERSONAS). Esa es otra de las labores de ésos que están ahí arriba dando ese espectáculo lamentable digno de un reality: controlar quién se ocupa de estas labores, y tampoco lo hacen.

¿Lo recordáis, “queridos” (modo ironía: on) políticos? Os hemos votado para hacer una cosa:  GESTIONAR. Si, gestionar nuestros impuestos para procurar el bienestar social, no pelearos, no buscar el voto a toda costa, no escucharos a vosotros mismos, no procuraros una buena jubilación y la complacencia de aquellos ciegos que os siguen y os perdonan hagáis lo que hagáis. No os pagamos para que nos toméis por idiotas mientras os aplauden los borregos de vuestro partido que piensan que así se procuran un buen puesto, un buen sueldo, buenos coches, magníficas casas y quien sabe si algún que otro vicio.

Como diría Tejero (no el golpista, el actor):

¡¡¡UN POQUITO DE POR FAVOR!!!

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