En deportes de equipo, la atención es mucho más complicada de controlar que en individuales, porque no sólo tienes que atender a tu propia ejecución de la técnica, sino también a la de los compañeros y rivales. En deportes como el fútbol, además, que es necesario tener un buen control no sólo del balón, sino de la posición de todos los jugadores en el campo, desarrollar una buena capacidad para controlar la atención es fundamental.
TIPOS DE ATENCIÓN
La atención puede ser de dos tipos: interna o externa.
Externa: La que viene “de fuera”, principalmente los compañeros y los rivales, pero también el entrenador, los árbitros, las gritos de las gradas…
Interna: La que procede “de dentro”, es decir, las sensaciones físicas propias cuando estás controlando el balón, y los pensamientos.
En fútbol, la atención interna sirve, principalmente, para desarrollar un mejor control del balón. Una vez has automatizado como driblar, dar el pase, robar un balón, etc. puedes cambiar la atención al resto de jugadores sobre el campo. Pero no sólo se trata de la técnica: también están los pensamientos. Si, cuando vas a pasar el balón, estás pensando «no va a llegarle», es como si esa instrucción fuera de tu cerebro a la pierna directamente y el chute perdiera fuerza. Por eso es importante entrenar no sólo qué se necesita para tener un buen control del balón, sino también de la mente y los pensamientos.
Un exceso de atención puede resultar también contraproducente. Si llevas todo un partido corriendo la banda, te llega otro pase y estás pensando que te duelen mucho las piernas y que no vas a llegar, probablemente te duelan más. El dolor tiene dos componentes: el físico y el emocional. El emocional consiste en que, cuando sientes el dolor, temes que se intensifique y tensas los músculos (es una reacción automática del organismo al sentir miedo), con lo cual el dolor físico se incrementa.
¿QUÉ ES LO QUE NOS DESCONCENTRA?
Lo primero, es ver uno mismo dónde puede centrar su atención, y observar qué circunstancias le pueden hacer perder la concentración. Pongo unos ejemplos de lo que puede afectarla:
– Sentir más dolor del habitual.
– Cometer un fallo tonto y pensar «no es mi día».
– Amonestaciones del árbitro.
– Una entrada «fea» de un contrario.
– Pases fallidos.
– etc…
Y la atención puede ser, además de interna o externa, amplia o reducida. Veamos este cuadro:
Amplia | Reducida | |
Interna | Estoy agotado No me sale ni un pase bien | Me duele el gemelo, a ver si se va a romper No he dado bien fuerte al balón |
Externa | Lo estamos haciendo fatal El árbitro está comprado | El entrenador no para de gritar El lateral derecho contrario no me deja en paz |
Este es un ejemplo de atención que rompe la concentración. Vamos a ver ahora otro que la facilita:
Amplia | Reducida | |
Interna | Me siento fuerte Sé cómo dar buenos pases | Mis piernas están fuertes Tengo fuerza para dar un buen pase |
Externa | Estamos luchando por ganar Somos mejores que ellos | El entrenador nos está llevando bien Me voy a salir del marcaje |
Haz tus propios cuadros: piensa en el último partido que has realizado y dónde estaba puesta tu atención.
¿CÓMO CONTROLO LA ATENCIÓN?
Si en tu cuadro aparecen frases como las del primero, que te hacen perder la concentración, tendrás que entrenar la mente para optar por frases más parecidas a las del segundo. Toma nota de todo lo negativo que te dices a ti mismo y las circunstancias que te pueden afectar, y escribe a su lado una alternativa. Conviene que repases esos cuadros durante el entrenamiento, y pruebes a cambiar los pensamientos, así luego te saldrá automático en los partidos