COVID-19: El desconfinamiento mental

Bueno, pues ya parece que el horizonte empieza a abrirse… sobre todo para los que nos gusta salir y el deporte al aire libre. A los ciclistas nos toca madrugar, cosa que me complace menos, pero es lo que hay.

Es lo que hay…

Era una frase que le decían mucho a una paciente mía. Puede que tenga mucho más fondo de lo que parece. Significa algo así como “j…d…t, que por injusto que parezca te lo tienes que tragar”. Antes teníamos el hashtag de yomequedoencasa y ahora vamos con el loestamosconsiguiendo. No soy muy de consignas colectivas, aunque reconozco que a veces pueden ser útiles. Y no lo soy porque hay un problema, y es que de tanto repetirlas pueden producir dos efectos:

  • Que te saturen, y te pases al “lado oscuro”, o sea, a llevar la contraria.
  • Que te las creas tanto que ni las cuestiones, como las órdenes a un soldado, perdiendo tu propio criterio.

El confinamiento, entre otras cosas, está limitando nuestras interacciones sociales y nuestra capacidad de reflexión a partir de las experiencias y opiniones de otras personas. Es decir, está provocando que nos volvamos más “monocarril”. Aunque podamos hablar con nuestros seres queridos por internet, nuestro ocio, esa parte imprescindible de nuestra vida porque es elegida y nos da libertad, está encerrado entre cuatro paredes. No me sorprende que muchas personas estén deprimidas: hasta yo misma noto que no estoy igual que antes de la cuarentena… o más bien cincuentena.

Hablé del miedo en un artículo anterior. Dije que podía ser adaptativo, pero en exceso puede debilitar nuestro sistema inmunológico. Ahora me preocupa que pueda debilitar nuestra mente, hasta el punto de hacernos perder la lógica y el sentido común. No hay que irse a ninguno de los dos polos que he comentado: ni revelarte y hacer lo que te dé la gana, harto ya de tanta represión, ni seguir en casa encerrado por miedo a meter la pata y pillar el virus y/o contagiarlo, o a que te pongan una multa.

Sé que es más fácil asumir una frase y no pensar más, pero lo más cómodo no tiene por qué ser lo mejor. He visto en redes sociales mucho ultra que ataca a quienes no piensan igual o cuestionan alguna de las decisiones del gobierno. Recuerda quién eras antes del confinamiento, e intenta seguir siendo tú mismo ahora que se empieza a abrir la mano. Procura ir más allá de las consignas, no te dejes llevar por el miedo y no la emprendas con quien no piensa como tú, cada persona lleva esto de diferente manera y se trata de seguir conteniendo la pandemia, no de que prevalezca un criterio u otro. Todo es cuestionable, todo se puede modificar, todo se puede reflexionar, y podemos salir de esta pandemia a partir de dos pilares fundamentales: el respeto y la responsabilidad. Mira hacia el horizonte y… ¡desconfina tu mente!