Planificación de objetivos

¿PARA QUÉ PLANIFICAR?

El establecimiento o planificación de objetivos es una estrategia que permite controlar aspectos psicológicos muy importantes que afectan al rendimiento deportivo como pueden ser la motivación y la autoconfianza. La mejor forma de conseguir un reto personal medianamente ambicioso es preparándolo de una forma progresiva; si además se marcan unos hitos intermedios la motivación crece porque se verifica el avance hacia ese objetivo principal. Cuando no se planifica se pierden esos puntos de referencia y la meta parece que está demasiado lejos o demasiado alta, con lo que, al apreciarlo así, la confianza que tenemos en nosotros mismos por conseguir lo que nos hemos propuesto se debilita.

Es como plantearse subir a lo alto de un rascacielos sin utilizar el ascensor: si no miramos por qué piso vamos, no sabremos dónde nos encontramos y parecerá que no llegamos nunca. Pero
conociendo nuestro avance, es decir, en qué punto nos encontramos, cuánto llevamos y cuánto
nos queda, no sólo aprendemos a administrar el esfuerzo, sino que al tener constancia de todo lo que ya hemos logrado (pisos subidos), aumenta la autoconfianza, y sabiendo lo que nos queda (pisos hasta el final, cada vez menos), potenciamos nuestra motivación.

CÓMO PLANTEAR OBJETIVOS

En las katas los hitos a marcar no se ven a primera vista: no se trata de bajar tiempo, saltar más lejos ni más alto, como en otros deportes, sino de perfeccionar la ejecución. ¿Y cómo sabemos si hemos mejorado?. Aparte de la opinión de nuestro entrenador o maestro, podemos grabarnos en vídeo, tomar papel y lápiz e ir tomando nota de todo aquello que queremos perfeccionar (posiciones, fuerza, velocidad…) para después trabajarlo en el entrenamiento. Después seguiremos preguntando al maestro o entrenador o grabándonos en video para comprobar si estamos mejorando, y si no es así, ver qué es lo que está fallando para incidir más en ello.

A la hora de elegir un objetivo debemos ser realistas, escogerlo en función de nuestras aptitudes y posibilidades. Si no tienes muchísima elasticidad plantéate mejorar otro aspecto (p.ej. la potencia al pegar) que compense el no ser capaz de levantar la pierna hasta la grada. Elige asimismo las katas que más se adapten a tus posibilidades físicas y que más te gusten: si disfrutas con lo que estás haciendo, te motivas tanto o más como si ves que progresas.

DIFERENCIAR ENTRE OBJETIVOS DE RESULTADO Y OBJETIVOS DE REALIZACIÓN

Los objetivos de resultado se refieren a resultados deportivos (conseguir medalla, pasar x eliminatorias o aprobar un examen de grado).

Los objetivos de realización incluyen todo aquello que tienes que realizar para conseguir el objetivo de resultado, o sea, mejorar la técnica, la concentración, la actitud… son muy importantes puesto que son la llave para conseguir los objetivos de resultado, y además:

– Te recuerdan lo importante que es cómo actuemos para poder influir en los resultados. Esto te permite valorarte más a ti mismo.
– Contribuye a centrarte y concentrarte en tus propias posibilidades, en lugar de especular sobre los resultados, lo que disminuye la ansiedad.
– Ayudan a realizar una valoración más realista sobre si somos capaces de conseguir nuestras metas, lo que nos hace más conscientes de nuestras posibilidades y fomenta nuestra autoconfianza.
– Nos permite utilizar nuestra propia conducta como indicador de progreso, al margen de las circunstancias que influyen en los resultados (los adversarios, los jueces…).
– Sabiendo que nuestro rendimiento depende de nosotros mismos, cada logro que consigamos fortalece asimismo nuestra autoconfianza, puesto que somos nosotros, con nuestro esfuerzo, quienes lo estamos consiguiendo.

En katas conviene marcarnos un objetivo de realización, ya que los de resultado dependen de jueces o de cómo realicen los demás sus katas y no de nosotros. No es como una carrera donde tienes que adelantar a otros corredores, no tenemos el rival a la vista mientras realizamos nuestro ejercicio. Existen tres tipos de objetivos en función de cuándo nos proponemos conseguirlos:

Objetivos a largo plazo (LP):
Dilatados en el tiempo, p.ej. en un año. Son de tipo más global.
Objetivos a medio plazo (MP): menos dilatados, p.ej. a 3-4 meses. Más específicos que a LP.
Objetivos a corto plazo (CP):Más inmediatos, p.ej. cada semana. Los más específicos, referidos a aspectos técnicos.

Para no “perderlos de vista” conviene definirlos, rellenando un cuadro similar a este:

El nivel de ejecución es la “nota” que te pones a ti mismo. Si piensas que eres capaz de realizar las katas al mayor nivel (como para ganar un campeonato) pondrás el 9, si no, márcate objetivos menos ambiciosos (un 7, un 8). Recuerda que por mucho que entrenes una kata nunca te saldrá perfecta, pero tienes que intentarlo.

Si vas a acudir a un campeonato o te estás preparando un examen de grado, puedes poner dicho campeonato o examen como objetivo a largo plazo. Como objetivo a medio plazo pondrías otro campeonato de menor nivel (p.ej. si estás preparando el nacional, poner como medio plazo el autonómico) o marcarías unas fechas para que tu maestro revisara tu examen, dependiendo del tiempo que quede para examinarte (p.ej. si es dentro de 6 meses, 1 revisión cada dos meses, o sea, 2 objetivos a medio plazo).El objetivo a corto plazo es el que más motiva, porque te permite ver la progresión, por tanto, conviene marcar a lo sumo 1 objetivo a corto plazo cada 1-2 semanas. Éstos pueden ser lograr un nivel de ejecución en una kata concreta en conjunto, o por partes (posiciones, giros, estabilidad, fuerza…).

Cuando te de “pereza” ir a entrenar o estés psicológicamente cansado de repetir los mismos
movimientos una y otra vez, repasa el cuadro de los objetivos. Te servirá para recordarte que tu esfuerzo va encaminado a una meta.